A medida que las tasas de inflación alcanzan niveles récord, incluso los estadounidenses más ricos comienzan a sentir impactos financieros. Muchos temen que las acciones de la Reserva Federal no sean suficientes para detener una grave crisis económica.
La economía estadounidense continúa registrando una inflación históricamente alta, lo que llevó a la Reserva Federal a anunciar el aumento masivo en las tasas de interés.
Sin embargo, no está claro si el aumento de la tasa de la Reserva Federal del 0.75%, el mayor en casi treinta años, será suficiente para reducir una crisis inflacionaria que se ha vuelto tan severa que, incluso los ricos, están sintiendo los efectos negativos en su economía.
La tasa de inflación anual alcanzó el 8.3% en abril. Es decir, sí tuvo una ligera disminución con respecto al mes anterior, pero, en promedio, la inflación fue aún más alta que en los últimos cuarenta años. La tasa de inflación superó las estimaciones oficiales anteriores y también aumentó respecto a las tablas salariales, lo que significa que, hasta los empleados que han recibido incrementos, probablemente ganen menos —en términos reales— que hace uno o dos años.
Los consumidores tienen cada vez más dificultad para pagar las necesidades básicas, como alimentos y gasolina. Según un estudio reciente, más del 60% de los consumidores estadounidenses ahora deben pagar con sus cheques salariales. Destinan casi la totalidad de sus ingresos mensuales en gastos estrictamente necesarios. Es muy poco lo que les queda para ahorrar. Incluso entre las personas con altos ingresos —aquellos que ganan más de $250,000 dólares al año, o sea, el 36%— ahora viven con una economía de subsistencia al día.
La subida de los tipos de interés oficial la Reserva Federal es un intento para frenar la ola de inflación. Sin embargo, puede tener otras repercusiones más, como castigar a los prestatarios, sofocar el crecimiento económico y generar temores de otra recesión. Los mercados extranjeros también se han visto afectados. El Banco de Inglaterra ha aumentado sus tasas de interés y el Banco Central Europeo tiene considerada la posibilidad de tomar medidas de restricción financiera.
El aumento de interés fue un reverso drástico de las propias declaraciones emitidas por la Reserva Federal a principios de este año. Habían sostenido que, muy probablemente, estarían a favor de un aumento menor de la tasa del 0.5%. La alta subida de tipos de interés no ha estado exenta de controversia. Incluso dentro de la misma Reserva Federal: Esther George, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Kansas City, disintió de manera pública de esta decisión, y defendió un incremento menor de los tipos de interés.
Es probable que sean generadas nuevas alzas a finales de año, ya que la Reserva Federal ha proyectado un aumento anual de los tipos de interés de alrededor del 3.4 %, es decir, de casi el doble de lo previsto en marzo. Es muy pronto para saber si estos incrementos detendrán la ola inflacionaria, pero la situación económica seguirá siendo un tema muy polémico para los demócratas a medida que llegamos a la mitad de un periodo político y las posiciones están en choque.
