Padres de familia han presentado una demanda en contra del Estado por el tipo de contenidos que contempla la materia de Estudios Étnicos. Señalan que estas enseñanzas violan la Constitución de California.
Un grupo de padres de familia está uniendo fuerzas con la Fundación de Californianos por la Igualdad de Derechos para demandar al Estado por el nuevo plan de estudios de Estudios Étnicos, ya que, según sostienen, la materia promueve en los estudiantes la animadversión a prácticas cristianas. El nuevo plan de estudios de las escuelas públicas enseñará a 1,7 millones de estudiantes cómo orar y cantar a los dioses aztecas conforme a una retórica hostil hacia el cristianismo.
Según es mencionado en la demanda, la información que es enseñada en la asignatura de Estudios Étnicos señala de manera antagónica a los cristianos, tanto a protestantes como a católicos. Instruye a los estudiantes para que puedan cantar alabanzas de adoradores aztecas ubicados siglos antes de que los asentamientos españoles se establecieran en California.
La demanda fue interpuesta pocas semanas antes de que la Legislatura del Estado de California aprobara el controvertido contenido de la materia Estudios Étnicos —el 10 de septiembre del año en curso— y que solo espera la firma del gobernador Newsom antes de convertirse en ley.
El plan de estudios oficial que será enseñado en las escuelas secundarias a más tardar en el ciclo escolar 2025-2026 ha provocado serias preocupaciones a lo largo de los años debido al material educativo que distribuye, ya que está basado en el antisemitismo. Son muchas las familias que siguen solicitando a Newsom que vete el proyecto de ley correspondiente.
Cada día aumenta más la motivación de muchos estudiantes que repiten de forma activa las oraciones y cánticos aztecas. La demanda argumenta que el Estado viola la Cláusula de Establecimiento de la Constitución Estatal que prohíbe tanto al gobierno como a sus escuelas públicas apoyar una determinada religión.
En una carta al superintendente estatal, Robert Weisenburger, uno de los abogados del caso escribe: “Nuestros clientes tienen una objeción religiosa a la oración azteca y no quieren que sus hijos la canten, ni que se les pida que sea cantada, tampoco que se les presione para hacerlo, o que, como consecuencia, se opte por el ostracismo si se niegan a cantarla”.