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Después de haber declarado insistentemente en su campaña electoral que solo aumentaría los impuestos a los estadounidenses que contaran con un ingreso económico anual mayor a los 400 mil dólares al año, al día de hoy, hasta los analistas demócratas admiten que Joe Biden estuvo equivocado.

A tan solo unos meses después de haber asumido la presidencia, el presidente Biden autorizó un aumento de impuestos como parte de una política de gastos sin precedentes.

Según las estimaciones publicadas durante la semana pasada por el izquierdista Centro de Política Tributaria (TPC por su nombre en inglés, Tax Policy Center), los principales ingresos por cobro de impuestos proyectados en el presupuesto anual de Biden para el 2022 reflejan que el 60.7 por ciento de todos los contribuyentes, así como el 75 por ciento de los contribuyentes de la clase media, tendrán un aumento en sus impuestos.

“El plan de recaudación de impuestos de Biden, evaluado por la Fundación de Política Fiscal de centro izquierda, sin duda tendrá consecuencias para millones de estadounidenses”, dijo la congresista del condado de Orange, Michelle Steel, quien ha pasado toda su carrera política luchando contra los aumentos de impuestos. “El plan de Biden consistente en aumentar los impuestos no es una solución viable para ayudar a las familias y a los negocios que luchan por pagar sus deudas cada fin de mes”.

La administración de Biden, con engaños, quiso convencer a los estadounidenses que no aumentaría los impuestos a nadie que ganara menos de 400 mil dólares anuales. Sin embargo, una manera en la que el presidente obtendrá ganancias es a través de un compromiso que el mismo estableció, consistente en aumentar los impuestos, de 21 a 28 por ciento, a las corporaciones. Si bien, son los negocios los que técnicamente pagarán el aumento de los impuestos, en realidad serán grupos específicos de personas relacionadas con las empresas los que tendrán que solventar: los clientes tendrán que pagar más por los productos y servicios que compran; los trabajadores verán cómo caerán sus salarios; y los accionistas de las empresas confirmarán la baja del valor de sus acciones. También es posible que estos tres grupos (clientes, trabajadores y accionistas), de manera combinada, se vean afectados, negativamente.

Como resultado de esta situación, aquí surge una necesaria pregunta: ¿por qué a pesar de que no son aumentados los impuestos individuales y sobre la nómina de los estadounidenses que ganan menos de 400 mil dólares, entonces más del sesenta por ciento de los contribuyentes sí confirmarán un aumento de sus impuestos en la administración Biden?

Este elevado aumento en el pago de impuestos de los estadounidenses es derivado del gasto equivalente a trillones de dólares ocurrido en los primeros meses de la administración de Biden y que no tiene precedente histórico. Se verán aún más afectadas muchas familias y dueños de pequeños negocios que ya padecían las consecuencias de la debacle económica ocasionada por la COVID-19.

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